miércoles, junio 14, 2006

Fútbol: más allá del espectáculo

Si comienzo diciendo que España acaba de ganar a Ucrania con una buena goleada, 4 a 0, pensaréis que soy otro forofo del fútbol y que voy a hablar de fútbol, tal y como solemos hablarlo entre amigos. O peor aún, podréis pensar que me tomo la molestia de escribir un “post” para dar la buena noticia. Pero como muy pronto descubriréis, mis “post”s son más que simples entradas hablando de cualquier cosa; mis entradas prefiero llamarlas “artículos”, porque buscan reflexiones más allá de lo superficial.

Presentaciones aparte, voy a comenzar directamente, yendo al grano. Lo que pienso es que el fútbol tiene dos caras, y por mucho que la gente solo quiera ver el espectáculo, no solamente es espectáculo.

Primero tendría que hablar de la cara del espectáculo. Pero como este es un tema más que tratado entre amigos, y como en mi caso, a mi el fútbol como deporte no me gusta, me permitiréis que pase de esta cara directamente. No me gusta el fútbol, pero comprendo que a tanta gente le guste, y tanto como si a ti personalmente te gusta el fútbol como si no te gusta, ya sabes de qué hablo, y no hay nada más que escribir.

Vayamos pues con la otra cara. La última noticia la daban este mediodía en el telediario: ya se han producido los dos primeros asesinatos, cuando unos forofos mataban a tiros a dos personas que celebraban un gol del equipo contrario.

¿Nos hemos vuelto locos? Yo creo que sí. Desde luego esas personas mezclaron espectáculo y asesinato con unas fatales consecuencias para quienes solo querían espectáculo.

Tampoco puedo olvidarme del racismo. Aunque en este momento, con la información que tengo, puedo estar contento. En todos los partidos que he visto empezar (los dos de hoy del grupo del que forma parte España, que ni sé cuál es) en el centro del campo, había colocada una pancarta redonda que decía “Say no to Racism” (“Di no al racismo”) y otro mensaje algo así como “El mundo entre amigos”. Ojalá no todo se quede en una buena idea de los organizadores del mundial. Porque no hay que olvidar, por ejemplo, el caso de las Olimpiadas. En un principio, en las denominadas “Olimpiadas Antiguas” (ahora estamos en las modernas olimpiadas) se celebraban paralizando todas las guerras tan habituales en aquellos tiempos, para estar todos los pueblos en armonía. Grandes eventos a nivel mundial en el que participan diferentes países deberían ser ejemplo de armonía y tolerancia entre diferentes personas.

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